Hola querid@ lector/a! Mi más reciente publicación, titulada: La Verdad II: Fundamento y Justificación se encuentra en la pestaña La Verdad de la sección LØGIC 101. Te recuerdo que en esta sección discuto temas desde un enfoque más informativo y educativo, en lugar de argumentativo como en el blog principal. Léelo y comenta!
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¡Tanto tiempo, querido lector/a! Quiero compartirte que comencé escuela de medicina y ¡concurrentemente no tengo vida! Pero tras este largo hiato, una situación surgida en mi querido Puerto Rico ha despertado grandes opiniones y emociones y tiene implicaciones religiosas y sociales muy grandes. En esencia, a una (1) semana de las elecciones generales, la candidata independiente a la gobernación Alexandra Lúgaro, en una entrevista radial, afirmó, y cito, "No creo en Dios." Esta oración, tan corta, ha causado un mar de opiniones y reacciones tanto de cristianos como de individuos no practicantes de alguna religión. Es por esto que abordaré el tema. No como un texto político, sino como un análisis sociocultural y religioso del ser humano y mi sociedad puertorriqueña, en particular. Quiero dejar lo siguiente meridianamente claro: ESTO NO ES UN TEXTO POLÍTICO. Aquí yo no pretendo criticar, auspiciar, promover ni atacar posturas políticas ni mucho menos candidatos políticos. Esto es un análisis personal sobre la percepción pública y el conocimiento general social de lo que significa ser religioso/ateo. Comencemos.
Enlaces a las partes anteriores:
Introducción y Preguntas Las Respuestas ¿Quién soy? No, en serio. Supongo que como vivimos en nuestro querido planeta Tierra, en este pequeño fragmento de polvo estelar llamado Sistema Solar, pasamos por alto el cuestionarnos ¡por qué existe algo en primer lugar! ¿Por qué hay planetas? ¿Por qué hay animales? ¿Por qué hay plantas y bacterias? ¿Por qué valores? ¿Por qué pensamientos? ¿Por qué existe la maldad? ¡¿Por qué existen cosas en lugar de simplemente nada?! Típicamente se proponen tres alternativas para contestar esta interrogante: a) necesidad, b) casualidad y c) diseño. (1) ¡Muchas felicidades de parte de todo el equipo de Simply Lógico! Les deseamos un año lleno de nuevos retos y triunfos, metas, reflexión, y desprendimiento de todo lo negativo y dañino. De manera muy personal, fiel lector/a, espero que este blog haya sido y siga siendo un espacio de intercambio de ideas, evaluación y cuestionamiento de cualquier ideología firmemente abrazada, de modo que si supera la prueba de evidencia, salgas con una mayor confianza en ella. Pero de fracasar el escrutinio preciso, tener la honestidad de abandonar y buscar alternativas adecuadas. Gracias por tu tiempo y apoyo. Espero que de una manera u otra, este blog te lleve a considerar lo que Dios puede hacer en tu vida y mirar con nuevos ojos la tan marginada y malentendida cosmovisión pregonada por el Carpintero de Nazaret y al final del día, termines con una visión de la vida que sea Simply Lógica.
Un abrazo, Gabriel, Gabriela y Thomas Desde pequeños, aprendemos a ser agradecidos a los demás, sin importar cuán sencillas hayan sido sus acciones hacia nosotros. Aprendemos que dar gracias es bueno intrínsecamente, o sea, en virtud de sí mismo y no por la utilidad que nos provea. Y todo gesto amable por parte de alguien es contestado con un natural y genuino "Gracias." Sin embargo, en mi experiencia, a medida que crecemos y entramos en la adultez, éste comienza a perder su valor intrínseco, y se torna utilitario. Damos las gracias automáticamente y sin pensarlo mucho. De pronto, relativizamos nuestras creencias y valores, y ser agradecido se torna en un mero constructo social, algo que valoramos porque nacimos en esta o aquella precisa cultura y sociedad y no porque tenga valor en si mismo.
El ser humano es una criatura increíble. Por supuesto, su biología es completamente animal: desde las células que lo componen, hasta muchos de sus comportamientos (¿o es que nadie ha escuchado decir que "los hombres son como los perros?"). Pero dejando lo cómico a un lado, lo maravilloso de la humanidad se encuentra en un elemento que muchas veces pasamos por desapercibido: somos personas. Y lo increíble de esto es que el ser personas (o sea, nuestra personeidad) cambia la pregunta "¿qué soy?" a "¿quién soy?
La preparación para escuela de medicina es una tarea ardua, larga y extenuante. Entre pasajes sobre Mozart, capas de valencia, problemas en la producción de insulina, la efectividad del estereoisómero (S) de un fármaco y la formación del potencial de membrana, el MCAT (examen de admisión de escuela de medicina) tiene todo de todo lo que tomamos los de Ciencias Naturales durante nuestra preparación subgraduada. Es por esta razón que durante el próximo mes, tomaré un breve interludio silencioso de publicar para poderle dedicar toda mi atención al examen y asegurarme de que mi próxima publicación aquí sea una más que digna de ustedes mis lectores y sobre todo Simply Lógico. Agradezco siempre su apoyo y espero poder pronto reanudar nuestra discusión sobre "Las Grandes Preguntas."
PS.: ¡Continúen visitando el blog! Recomienden a familiares y amistades. Y, ¿quién sabe? ¡Quizás en el proceso de prepararme para el examen me llegue la "musa" para la próxima publicación! Un abrazo, Gabriel Como toda pareja común y corriente, mi novia y yo estábamos interesados en tomar un curso de Filosofía juntos pero, lamentablemente, el curso se llenó antes de que ella pudiera matricularse. Gabriela (mi novia; sí, en serio), con su característica alegría y optimismo, me sugirió pasar por el departamento de Filosofía y solicitar "sobrecupo." En mi facultad de Ciencias Naturales, sabemos que no existe tal cosa como sobrecupo para nosotros y en medio de revolús de paro y recesos académicos los departamentos funcionan aún más ineficientemente. Así que con mi resignación y cinismo característicos, accedí a la sugerencia de mi querida quizás por pena, más por amor y por no desilusionarla.
Si eres de esa gente curiosa, como yo, te habrás dado cuenta que al final del texto pasado había un enlace que leía: "Read more" en el cual aclaré que este tema, ¡por supuesto que no es sencillo! ¡Ni cerca! Así que si te preocupaba que dejara un tema tan sublime y fundamental tan desastrosamente inconcluso, puedes estar tranquil@. La intención era despertar tu curiosidad y motivarte a buscar más sobre lo que expuse. Vamos a discutir quizás las preguntas más indispensables de la existencia humana. Get your thinking caps ready.
1) ¿Quién soy?
2) ¿De dónde vengo y hacia dónde voy? 3) ¿Por qué existen cosas como el universo, la vida, en lugar de simplemente nada? Reflexionemos sobre el tiempo y la vida.
Una de las cosas que más me fascina y aterra a la vez, es tener consciencia de que soy un ser finito. Porque si bien todos sabemos que algún día moriremos, que no somos eternos, la realidad es que vivimos como si tuviéramos completa certeza de que sobreviviremos el día. Y todos los días abrimos los ojos y lo último (si acaso) que nos puede pasar por la mente es: "quizás este será mi último día." Tenemos nuestra agenda preparada con todos los compromisos y diligencias a resolver y de modo automático comenzamos a manejar autos, llenar chequeras, atender pacientes, despachar Whopper Jr.'s, tomar café, discutir con la pareja, enviar emails y textos, atender llamadas, resolver ejercicios de orgánica, etc. Y cada uno dentro de su pequeña burbuja de realidad somete su día a la idea que se ha hecho de "inmortalidad temporera" (o sea, "sólo soy inmortal por hoy"). Y entonces saber que no somos eternos deja de ser un estado de consciencia activo y se convierte en una verdad proposicional con el mismo peso de saber que Barack Obama es el Presidente de los Estados Unidos de América. Lo "sabemos", pero este conocimiento no tiene ningún impacto directo e inmediato en nuestro diario vivir. Hoy se cumple 1 mes desde la publicación de mi primer artículo "Donde realmente está el lío: Parte I" y ¡contamos con 1000 visitas en total! ¡¡¡MIL!!! Sin ustedes, mis queridos lectores, ésto no sería posible. Así que de parte de todo el equipo de Simply Lógico (mi padre, mi novia y yo) les damos una y mil gracias por su apoyo, sus "likes" y sus "shares". Espero que su experiencia aquí sea de crecimiento, bendición y su disfrute. Hablamos pronto que por ahí ya se está cocinando el próximo tema basado en los resultados de la encuesta.
Un abrazo, Gabriel "¿Así que entonces el problema es uno filosófico, Gabriel?" Pues yo diría que sí, querido lector. La filosofía definida es el "amor (del griego filos) al conocimiento (del griego sofía)". Y en términos prácticos, la filosofía es responsable de establecer los parámetros bajo los cuales llevamos a cabo cualquier proceso de pensamiento. Por ejemplo, cuando en la publicación anterior, el profesor describía a la ciencia como basada en "evidencia empírica y objetiva", esa definición no se la inventó el. Más bien, es una definición universal utilizada por todos los científicos alrededor del mundo. Mientras que en otras ramas de pensamiento (como la política) el uso de la precisión y la verdad no es esencial, la ciencia se lleva a cabo de tal manera que si un científico publica un experimento con métodos inadecuados o altera los resultados a su conveniencia, podemos estar seguros que de entre toda la comunidad científica, se levantará un individuo que llevará a cabo el mismo experimento, y cuando encuentre unos resultados diferentes, demostrará que el científico original se equivocó, y automáticamente el primero caerá en vergüenza, y el segundo, en gloria. Así funciona. Pero, toda esta metodología es el producto del análisis y desarrollo de un grupo de individuos que se enfocan en la Filosofía de la Ciencia.
NOTA: A medida que nos adentramos en este tema, las cosas se ponen un poco más técnicas. Así que incluí un vocabulario al final (todas las definiciones cortesía de la Real Academia Española) que pueden consultar mientras leen. Las palabras que son esenciales comprender están subrayadas. Hey, ¡al menos este es más corto!
En la primera parte de este artículo senté las bases para comenzar una discusión sobre la relación entre la ciencia y la religión y señalé que entre algunos científicos y religiosos existe la idea de que ambas son incompatibles y están en conflicto. Sin embargo, traje el ejemplo de tres grandes científicos que además tenían una creencia religiosa firme, particularmente cristiana, y que lejos de sentir que la existencia de Dios impedía sus estudios científicos, estaban seguros de que Su existencia era la razón principal de hacer ciencia. Es precisamente ésto lo que me lleva a preguntarme ¿dónde entonces es que está el supuesto lío? Vamos directo al grano. Como estudiante de ciencias naturales, he tenido la oportunidad de aprender muchísimo de este fascinante, hermoso y muchas veces complejo mundo físico que nos rodea y, como cristiano, he podido aprender sobre cómo todo esto no es casualidad, no es el resultado de un accidente ancestral y que tiene un propósito y una razón de su existencia. Es aquí, entonces, donde comienza el dilema: muchos susodichos "científicos" expresan que es imposible que existan personas que dicen creer en un ser sobrenatural y que a la vez sean honestos con los hallazgos científicos. Estas mentes están convencidas de que para ser consistente, debes abandonar tu creencia o sacrificar ser científicamente preciso (y por supuesto sabemos cuál de las dos ellos creen que debes abandonar). Por otro lado, existen susodichos "religiosos" (léase cristianos fundamentalistas, como muchas veces les llaman) que irónicamente concuerdan con el pensamiento científico y están convencidos de que para ser consistente igualmente debes abandonar tu creencia o sacrificar ser científicamente preciso (y, de nuevo, sabemos cuál de las dos ellos creen que debes abandonar). Pero, ¿es ésto cierto? ¿Qué razones tenemos para aceptar como evidente la verdad de estas aseveraciones? Si me preguntaran, yo diría que ninguna. Al contrario, expresaría que lo que ambos lados están postulando se conoce como una "falsa dicotomía" o un falso contraste, una falsa división de dos cosas que realmente no se oponen entre si. Es ahora cuando te toca, desocupado lector, levantarme el mismo cuestionamiento: ¿Es cierto ésto? ¿Qué razones tenemos para aceptar como evidente la verdad de tus aseveraciones, Gabriel? Con mucho gusto y cuidado permíteme compartirlas contigo.
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AutorFilósofo por vocación, músico por pasión, seguidor de Jesús por decisión. Ah y médico en construcción, sí. |